He amado tanto pero tanto que he terminado odiando
Las implacables sendas que me regresan al origen.
He amado tanto pero tanto, que la caricia se me ha vuelto arcilla,
Que el cuenco de barro que me habita, se ha trizado.
En lo que fue un rubí pasión ardiente.
Gritos sordos de polvo de memorias.
He amado tanto pero tanto, que he anegado el trigal y los olvidos.
Los horcones del huerto se han podrido....
Las implacables sendas que me regresan al origen.
He amado tanto pero tanto, que la caricia se me ha vuelto arcilla,
Que el cuenco de barro que me habita, se ha trizado.
En lo que fue un rubí pasión ardiente.
Gritos sordos de polvo de memorias.
He amado tanto pero tanto, que he anegado el trigal y los olvidos.
Los horcones del huerto se han podrido....
Y no hay panes, ni manzanas, ni amarillos
No ha quedado madera para mesa, para cuna, para cruces.
Un cenagal tapa ataúdes
He amado tanto pero tanto, que ha fenecido la luz vela bosque crepitante,
Han sucumbido los pájaros y el nido
Y no hay ramas, ni duraznos, ni niños.
Un cielo calcinante ha ennegrecido el fulgor de los espejos
Nada queda para reflejarse
He amado tanto pero tanto, que aun me duelen las risas y los soles
Y aunque de polvo vuele, volveré. Volveré, en polvo
”En polvo enamorado”
No ha quedado madera para mesa, para cuna, para cruces.
Un cenagal tapa ataúdes
He amado tanto pero tanto, que ha fenecido la luz vela bosque crepitante,
Han sucumbido los pájaros y el nido
Y no hay ramas, ni duraznos, ni niños.
Un cielo calcinante ha ennegrecido el fulgor de los espejos
Nada queda para reflejarse
He amado tanto pero tanto, que aun me duelen las risas y los soles
Y aunque de polvo vuele, volveré. Volveré, en polvo
”En polvo enamorado”
Amelia Arellano
Argentina