Ven, dame la mano
y juntos
subamos la montaña;y juntos
recréate
con los mil sonidos de la noche,
el silencio no existe;
escucha
la cascada cristalina que no cesa,
acompañada, en sinfonía mágica,
por el zumbido de los insectos,
por el acompasado canto
del Queltehue
y el aullar del perro
en la distancia.
Siente
las caricias del viento
que enredándose en tu pelo,
cual Arpa, quiere llevar
el compás de tu corazón.
¡Mira
la luna y las estrellas! ;
la oscuridad no existe,
noche y día están allí
implorando tu atención,
regalándote estrellas fugaces
para que puedas desear
el cumplimiento de tus sueños.
la Montaña no esta allí
para ocultar al sol
sino para que, al subirla,
ya en la cima,
estés más cerca de su Luz.
Ven,
¡subamos la montaña,!
juntos escuchemos el concierto
uniendo el palpitar
de nuestros corazones
al canto del gallo
que anuncia la mañana.
como el Sol, en ternura infinita,
rellena los huecos
que dejan las estrellas
uniéndolas todas en una sola Luz.
Vamos,
¡subamos la montaña!
alcancemos al sol,
y en sus rayos,
proyectémonos como una gran fuerza
de amor
no temas,
si no llegamos hoy
gocémonos de la noche
y sus estrellas
e intentemos mañana
un nuevo amanecer.
ferdorta
