Nici-un loc nu-i al nostru
dar ne-am întins precum ceva definitiv,
aparţinem unei sângerări de culori,
unui sabotaj,
unei revoluţii prea stranii,
infernului nou
ce le slăbeşte anilor aorta.
Delincvenţi de drept comun, pricepuţi doar la arta furtunii,
acumulăm orizonturi de bandă largă
ce se destramă abia atingându-le,
piratăm anemone, lumina duminicii,
sărutările lungi, la fel şi marea.
Catedralele mele de zahăr
ţin predica tăcerilor care te piaptănă
cele ce niciodată n-ar cuteza să sară
peste rigurosul regim al vizitelor,
şi în locuinţe ieftine
cu limba precum mocheta
şi soba tuşindu-şi plămânii
proclamă o iubire a binecuvântatei mizerii.
Picioarele mele nu-s de cristal, primăvară,
dar nu mă pot văicări,
plâng cărţile mele din pântec,
se îmbată de noapte şi de pucioasă,
îmi împrumută peisaje de alamă,
lacuri negre, scorpioni precum florile,
lagune rănite de sex şi provocări.
Nu te grăbi să mă sperii, primăvară,
că tot ce spun e prostie făcută din papură
cu multe cruci în faţă
şi un singur şanţ unde să doarmă visele.
Marián Raméntol Serratosa
MIS PIES NO SON DE CRISTAL, PRIMAVERA.
Ningún lugar es nuestro
aunque yazcamos como si fuéramos algo definitivo,
pertenecemos a una sangría de colores
a un sabotaje,
a una revolución demasiado extraña,
al nuevo infierno
que enflaquece la aorta de los años.
aunque yazcamos como si fuéramos algo definitivo,
pertenecemos a una sangría de colores
a un sabotaje,
a una revolución demasiado extraña,
al nuevo infierno
que enflaquece la aorta de los años.
Delincuentes de lo común sin más arte que la tormenta,
almacenamos horizontes de banda ancha
que se deshacen con sólo tocarlos,
pirateamos anémonas, la luz del domingo,
los besos largos y el mar.
almacenamos horizontes de banda ancha
que se deshacen con sólo tocarlos,
pirateamos anémonas, la luz del domingo,
los besos largos y el mar.
Mis catedrales de azúcar
siguen predicando los silencios que te peinan
aquellos que nunca se atreverían a saltarse
el riguroso régimen de visitas,
y en habitaciones baratas
con la lengua enmoquetada
y la estufa tosiendo sus pulmones,
pregonan un amor de miseria bendecida.
siguen predicando los silencios que te peinan
aquellos que nunca se atreverían a saltarse
el riguroso régimen de visitas,
y en habitaciones baratas
con la lengua enmoquetada
y la estufa tosiendo sus pulmones,
pregonan un amor de miseria bendecida.
Mis pies no son de cristal, primavera,
pero no puedo quejarme,
mis libros lloran por debajo de las ingles,
se emborrachan de noche y azufre,
me prestan paisajes de latón,
negros lagos, alacranes como flores,
y lagunas heridas de sexo y desafíos.
pero no puedo quejarme,
mis libros lloran por debajo de las ingles,
se emborrachan de noche y azufre,
me prestan paisajes de latón,
negros lagos, alacranes como flores,
y lagunas heridas de sexo y desafíos.
No te me vayas a asustar, primavera,
que todo cuanto digo es tontería hecha de esparto
con muchas cruces en la frente
y una sola cuneta donde dormir los sueños.
que todo cuanto digo es tontería hecha de esparto
con muchas cruces en la frente
y una sola cuneta donde dormir los sueños.